08 abril 2009

Vuelo privado

Aquel aeroplano era diferente a todos los que conocía. La palabra “mejor” es quizá la más indicada para describirlo. Mejores asientos, mejor color, mejor servicio, mejor tripulación, mejores alimentos y sobre todo, mejor compañía.
Ahí te conocí, sentado a mi lado no dejabas de ver por la ventana. Se notó que disfrutabas el paisaje de casas haciéndose más pequeñas conforme ascendíamos. Pero volteaste y te detuve con mis ojos para que no giraras nunca más tu cabeza.
Me atrapó tu seguridad, el desafío de tu mirada y la confianza que proyectabas. La de un roble, por dentro y por fuera.
Hasta el momento no recuerdo cuál era mi destino ni por qué subí a ese avión, sólo recuerdo que subí sola y bajé acompañada.
Mientras charlábamos sobre nuestras distintas profesiones, otra voz se intercalaba entre nuestros parlamentos. Creo que tú no te percatabas, pero yo… “Estimamos que este año incrementen nuestros ingresos en un 40%, cada vez más gente opta por viajar por aire”….
Me espantó la claridad con que creí escuchar esa voz, pero era sólo en mi cabeza, probablemente un recuerdo perdido, así que le di aire y seguí en mi proceso de enamoramiento. Comimos lasagna, brindamos con tinto e hicimos planes.
Sentí tus dedos entre los míos y justo cuando los apretaba volví a escuchar la voz y los solté repentinamente.
Me preguntaste que si qué pasaba.
-A ver, a ver, espérame tantito…- te dije, cerrando los ojos con fuerza y poniéndome los índices sobre cada sien como intentando aclarar la mente.
“Tenemos proyectada la entrada de dos nuevas aerolíneas y una nueva terminal…” creí escuchar dentro de mi cabeza.
Al abrir los ojos me topé con Demetrio Ortiz, el director del Aeropuerto frente a mí, hacía una hora que empezamos la entrevista, y yo no tenía idea de qué estábamos hablando.
Mis ojos seguían medio perdidos, pero no tanto como mi mente.
-Creo que te gustó este avioncito a escala, ¿verdad?- me dijo.
-La verdad que sí-
-Tómalo, es tuyo-
Salí de ahí con 60 minutos de audio de una conversación que no recordaba, sensaciones vagas en el cerebro y un avioncito donde te tengo atrapado siempre.

7 comentarios:

Diego C. R. dijo...

En interjet me dieron whisky.

(Y)

Anónimo dijo...

me encantó... me gusta toparme con estas sorpresas que provocan unas cuantas letras colocadas en su sitio... me dejaste romántico y vagando por algún lugar... tú te quedas con este sujeto y yo me involucro con la azafata en el baño del avión y felices todos... Exhaustos y exactos...

Buen Día. Jorge Celin

Anónimo dijo...

Me encanto alejandrita..!! =)

Rhadamanthys dijo...

Sí, yo también quisiera tener sexo con una azafata.

Pixie dijo...

:)
qué romántico.

Alejandra Meza dijo...

y quien te preguntó radamantys???.. que fuera de lugar tu comentario ehh!... as always!

Rhadamanthys dijo...

La Pisa, sí me entendió.