05 julio 2007

En una sala de espera...

En una sala de espera de un hospital infantil cualquiera en una ciudad cualquiera (que no es Hermosillo), una mujer chaparrita y rellenita se encuentra sentada en una silla cualquiera... Pero ella no es una madre cualquiera, como la que se encuentra sentada atrás amamantando a un bebé.. o la que está a su izquierda echándole aire a su niño deshidratado.. o la que está más allá, angustiada porque no le han atendido a su niño que trae 40 grados de temperatura.
Ella es diferente porque la angustia que tiene en la cara no es porque su cría de cuatro meses tenga desnutrición en tercer grado, ni porque está cansada de esperar su turno para que se la atiendan ni porque no soporte el calor ni porque se sienta como sola en el mundo.
Es diferente porque la desesperación la hizo actuar así, y porque se atrevió a acomodar a su bebé sobre una colchita en el piso, atrás de ella, entre su asiento y el bote de basura, y porque está temblando de dolor, y porque por el rabillo del ojo alcanza a ver a un extraño que ahora está tomando a su bebé en brazos para llevársela, previo acuerdo.
Ella es diferente porque una lágrima que no termina de desprenderse de la comisura de sus párpados está empañando la última imagen que tendrá de su hija, saliendo en brazos de un tipo cualquiera, de un hospital infantil cualquiera, en una ciudad cualquiera.